sábado, 1 de marzo de 2014

QUERER ES PODER.- Por Andrés Salcedo Fernández

Sus perezosas sabanas todavía envolvían la piel de aquel veterano cuerpo. El día amanecía tedioso y frío, su esfuerzo por iniciar aquella jornada parecía ser una batalla perdida. Cuando sin previo aviso, de repente, su mente inició un examen vital de su anodina vida, esa realidad que inundaba su existencia, “lo que hoy era y lo que en su inocencia soñaba ser de niño” 

La reflexión duró breves instantes, aunque para él fue el repaso de toda una vida. Como  conclusión surgió un hondo suspiro ahogado de lo más profundo de su corazón. Junto a ese lamento a la vez brotó una esperanza inusitada que le decía “hoy es el día que siempre habías estado esperando” ese que le haría salir del bucle de languidez que inundaba su existencia

Sus ojos abiertos observaban sin ver la decoración de su habitación, las imágenes en forma de fotografías inundaban las paredes de aquel cuartucho, mostraban personas con sonrisas limpias, abrazos emocionados, miradas brillantes de ilusión y esperanza, Con un común denominador en todas las instantáneas, él estaba presente junto a esos seres invisibles

Con una energía inusitada salto de aquel iluso camastro, y en su cabeza solo el pensamiento de aquel almacén de la ONG sin nombre, que para muchos era incluso un hogar, empezó a realizar un inventario mental “se han acabado los zapatos, queda poco arroz, Ufff mantas viene una ola de frío, hay que avisar… que tarde se me ha hecho Dios”

Una suave sonrisa ahora estaba pintando su semblante, en su cerebro una sola frase se repetía con insistencia, “¿de qué me quejo? mi vida se renueva cada día gracias a ellos tengo el privilegio de poder ayudar a estos seres que para la sociedad son molestos y los arrincona, solo espero que cada día seamos más los que no solo miren sino que actúen”.

Andrés Salcedo Fernández
-Categoría La Rioja-

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